sábado, 2 de octubre de 2010

El tiempo, los hechos

Nos dispersamos jugando en el cemento. ¿Nos cansamos?

Tal vez nazcamos agotados, y expiemos penas pasadas,

quizás ajenas.

Así sucede… ¡Qué distinto era todo!

Diminuto universo plagado de infinitas posibilidades,

y ahora: infinitos enceguecidos, las potencialidades negadas.

Y luego: todo fluye, el tiempo sigue una única dirección,

los acontecimientos se desarrollan.

¡Incluso llegamos a cometer el pecado de creer que nos escapan!

¡Jamás! Los hechos caben en la palma de mi mano;

o mejor: los sostengo entre el pulgar y el índice

(así de ínfimos resultan)

Los expongo, los analizo minuciosamente, y los manipulo…

la historia, el provenir: un gramo de tiempo, una partícula de aire,

una porción de maleable destino:

apresados entre los dedos, al acecho las propias fauces,

esperando ser desmenuzados.

La vida: una naranja cuya cáscara hay que quitar con tortuosidad,

dejando uñas y piel, enervando las venas,

para, por fin,

extasiarse en su jugo.

4 comentarios:

  1. A veces hay que agarrar la naranja y pegarle una mordida, sacar un poquito de jugo antes de tiempo, aunque sea para saber qué es lo que nos espera... lo cual no significa que no siga considerando la intervención. Igual me gustó, seguí así.

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  2. Muy bueno. Tu blog lo noto familiar...será que el nombre nos une de alguna manera

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Jaja, hay muchos que toman Cepitas por la vida por la incapacidad de dejar la piel para exprimir una naranja.
    Me encantó :)

    PD: Detesto que sea tan buchón el blog. Lo eliminé porque hubo error de sintaxis.

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