miércoles, 28 de octubre de 2009

Abro los ojos en los mares

Abro los ojos. Mis pestañas chocan incesantemente contra mis cejas y por eso es que veo, porque antes, ojos cerrados, pestañas sobre el borde superior del pómulo, incansables… antes no veía nada. Poco a poco me acostumbro, la luz se refleja en los objetos, de allí a mi cerebro, y esto ya no me perturba como hace instantes, cuando apenas despertaba de allí donde me encontraba. Y ahora puedo tranquilamente observar. Puedo ver la playa. La arena extremadamente blanca, tan blanca que podría pasar por nieve, nieve derretida, sofocada ante los efectos del ya caluroso crepúsculo, que amanece sobre las aguas y la arena y los árboles. …. Amanece sobre las aguas, entonces será Atlántico. Si es América, es Atlántico. Sí, estoy en América... pero no es Atlántico, es Pacífico. Es paz, y es luz. Y con las nubes del horizonte, la luz se torna violeta. Violeta, fucsia, anaranjado, en fondo azul grisáceo, con manchas brumosas que se curvan dando formas informes, y que al fin y al cabo sólo son agua. Regocijo de los sentidos, estremecimiento. … ¡Pero! Si es América, y si esa laguna inmensa es Pacífico, entonces no amanece. Entonces oscurece. Es crepúsculo, sí, pero anochece. La fiesta empieza, no termina. No terminará hasta no ser Atlántico: Agua aquí, agua allá. El astro que más grande vemos se fue por el agua, y, casi mágicamente, también volverá a aparecer por el agua. … Hace calor. Agradable calor. Festivo el calor. Palmeras con cocos y frutos, flores silvestres, transparencia en el agua. Crepúsculo, música, coloridas luces que se mezclan en el aire y en mis pupilas. Fuego, crepitante y ardiente y misterioso. … Las máscaras, enmascarando, escondiendo, preservando, reservando. ¿Para qué? Para vos, para mí, para el ocaso. Qué ocaso maravilloso. … Será que Dios existe. Pero no en las Iglesias ¡No! Aquello es pura ilusión, puro deseo, pura necesidad. Dios existe acá, con vos y conmigo… ¿Qué es Dios sino? Nunca me dieron respuesta convincente. Dios es arena, es mar, es calor, crepúsculo ardiente lleno de gozo y misterio. … Dios es Dionisio, Apolo engaña, Apolo miente. Apolo es funcional, y no a mí ni a vos. apolo es un dios con minúscula, irrelevante, mitológico, inexistente. Olvidemos a apolo. Dionisio es real, recibámoslo. … Con el vino, con las máscaras, las virtudes y las pasiones que se esconden, para mostrarse más tarde, cuando el Sol y su reflejo desaparezcan completamente, y las estrellas brillen pero no iluminen, y la Luna invisible, Nueva como debe ser en noches de máscaras, de disfraces, de bailes, y de incertidumbres. Ya llegará el tiempo del Sol por la otra laguna, el tiempo del celeste y de la luz, de encandilarse desconcertado y de saber qué ocurrió… Que ocurrirá, pues el sol recién cae y todo se oscurece lentamente. Bendita la noche, lista para desenmascarar, inconscientemente investigar, develar los misterios y crear otros nuevos… mientras la música y los tambores y las luces confusas y el fuego y las estrellas y el vino… El Sol luego nos contará, o enterrará las historias.

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